martes, 15 de julio de 2008

En el tiempo

Caminaría mil veces para atrás para intentar regresar al lugar donde te vi por primera vez… Esas primeras veces que uno jamás olvida, en la que la mente hace una fotografía latente de ese momento, esos colores, esos perfumes, es más, recordas tanto, que la sensación vuelve a vibrar en el alma una y otra vez… Recordar el primer encuentro tan tímido de a ratos, tan especial en su totalidad, besarte y sentirme volando sin nada a mí alrededor…La magia la pusimos los dos, y si queres insistí con la razón, que yo te voy a agotar con el corazón y todo mi aburrido lado poético que me convoca a deshacerme en renglones, una vez más… Porque no hay demasiadas explicaciones lógicas a nuestro destino, me basta saber que simplemente una sonrisa tuya contagió mi día de alegría y que con una caricia inundaste mis ojos de miel.

Regresaría una y otra vez a aquel lugar donde te encontré y donde me encontraste por primera vez; esa tarde que quedaría registrada en un lugar de privilegio en la memoria. Casualidad, destino, Plutonio chocando con Júpiter, Tom corriendo a Jerry, matemática pura, o simples segundos que cruzaríamos para no dejarnos ir.

Aquí me encuentro escribiendo y porque no veo razón lógica que vacíe la poesía aburrida que ronda en mí, escribo porque sólo te veo y te extraño más aún, escribo muchas veces por la impotencia de no tenerte y sentir más ganas de abrazarte… porque no se que sucederá con esta historia que sin querer fuimos escribiendo… donde el destino se las ingenió para cruzarnos, el destino nos acercó, nos recuerda, nos saborea, nos redobla, nos acongoja, nos deslumbra, nos alumbra, nos viste, nos desviste, destino al que hacemos indiferencias simulando creer que tan solo es una simple casualidad… y no creemos que todo ese fenómeno lo creamos nosotros casi sin querer, casi sin desearlo o quizás deseándolo, pero un destino sobre el cual seguimos sorprendiéndonos…

Casi sin conocernos demasiado, muchas veces siento que nada puede llegar a impresionarte de mi cínica manía, siempre sincera me sostengo en la humedad de tus manos y me voy mostrando un poco más, si bien algunas veces necesite gritarte lo que siento… pero es esa locura mía de hacerte feliz aunque sea por un instante, y en esos instantes tu risa contagiosa sea un redoblante en mis oídos… que jamás me aturdiría sino que seria la melodía más tierna que escuche en mi vida y que produzca en mí pedacitos de felicidad eterna…

Caminaría mil veces para atrás para intentar regresar al lugar donde te vi por primera vez… pero esta vez perdería ese miedo, ese pánico que pone sombras a las sensaciones que tu brillo llena de luz…

1 comentario:

Ayu dijo...

amiga, te la robe, porque es exactamente lo que quiero decir :)