Una sonrisa significa mucho. Enriquece a quien la recibe; sin empobrecer a quien la ofrece. Dura un segundo pero su recuerdo, a veces, nunca se borra.
domingo, 1 de noviembre de 2020
Hombre de cristal
miércoles, 21 de octubre de 2020
Alguna vez
No importa si somos un minuto, o no más
de ocho horas. Si el beso que te pido tiene que ser rápido y escondido, si nos
miramos cómplices, o tampoco si nos desconocemos absolutamente.
Alguna vez fuimos inquietos como las olas que mueven
al mar. Acaricié tu espalda con la meticulosidad de quien acaricia una flor. Y
desperté tu sueño con la perspicacia de una niña hostil.
No importa si somos. No quiero etiqueta alguna que
como piedra desmorone la montaña. Aislados y verdaderos, llego a la cima cuando
recorro tu cuerpo, y bajo cuando se cierra la puerta y vuelvo al mundo vano de
la cotidianeidad.
Alguna vez fuimos secreto fugaz, una canción que se
perdió en el aire. Entredormida, mi frente guardó tus besos, como pirata viejo
apropia un tesoro, su caramelo favorito.
No importa si no me decis que me querés. Yo te puedo
sentir. Si me queres poco o mucho, no lo sé saber por palabras de diccionario.
En tu sonrisa, esa cerrada pero con muecas en la que he paseado alguna mañana,
solo ahí puedo saber disfrutarte.
Alguna vez somos abrazo, y el calor de enredarse
jugando a ser la versión original.
Cuando abra los ojos, quiero tocar tu corazón y dar un
paseo, por aquel universo que anhelamos también alguna vez.
domingo, 23 de febrero de 2020
Quiero que mires mis ojos
Quiero que mires mis ojos, quiero que me encuentres, como nos encontró la luna anoche. Perdidos, vagando por el mundo, aceptaste que compartamos pasos juntos, y ahí fuimos únicos, algo así como dos en un millón.
Quiero que sientas mi abrazo, mis ganas de tenerte conmigo, y no dejarte ir. Quiero que me dejes abrazarte fuerte, sacarte esos miedos, que el mundo te impuso.
Quiero que mires mis ojos, quiero que me encuentres. Tan solo tengo mi corazón, para que puedas sentir que no voy a lastimarte.
Quiero que mires mis ojos, quiero que me encuentres. No pude sacarte de mi cabeza. Desde que miré tus ojos, tú entraste en mí mente. Te conocí, y te adueñaste de mis sensaciones, las que atesoro en un lugar privilegiado de mi ser.
Quiero que beses mis besos, así como yo besé el tuyo, y te lo robé, con tu más dulce complicidad. Quiero que en mi beso, sientas cuánto me gustabas, desde aquella melodía.
Perdí el juego, ya lo perdí, porque acá estoy, frente a tí, suplicándote que mires mis ojos.