No importa si somos un minuto, o no más
de ocho horas. Si el beso que te pido tiene que ser rápido y escondido, si nos
miramos cómplices, o tampoco si nos desconocemos absolutamente.
Alguna vez fuimos inquietos como las olas que mueven
al mar. Acaricié tu espalda con la meticulosidad de quien acaricia una flor. Y
desperté tu sueño con la perspicacia de una niña hostil.
No importa si somos. No quiero etiqueta alguna que
como piedra desmorone la montaña. Aislados y verdaderos, llego a la cima cuando
recorro tu cuerpo, y bajo cuando se cierra la puerta y vuelvo al mundo vano de
la cotidianeidad.
Alguna vez fuimos secreto fugaz, una canción que se
perdió en el aire. Entredormida, mi frente guardó tus besos, como pirata viejo
apropia un tesoro, su caramelo favorito.
No importa si no me decis que me querés. Yo te puedo
sentir. Si me queres poco o mucho, no lo sé saber por palabras de diccionario.
En tu sonrisa, esa cerrada pero con muecas en la que he paseado alguna mañana,
solo ahí puedo saber disfrutarte.
Alguna vez somos abrazo, y el calor de enredarse
jugando a ser la versión original.
Cuando abra los ojos, quiero tocar tu corazón y dar un
paseo, por aquel universo que anhelamos también alguna vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario